La responsabilidad civil de explotación es un concepto muy importante tanto para autónomos como para empresas, así que hoy queremos ayudarte a entenderla a la perfección… y quizás salgas de aquí más protegido que nunca.
¿Qué es la responsabilidad civil de explotación?
La responsabilidad civil de explotación te cubre frente a los imprevistos que pueden surgir en el día a día mientras hacéis lo vuestro (normalmente, un negocio o una actividad comercial). Porque sí, hacer el bien no te libra de meter la pata. Y si pasa, mejor tener un seguro que te saque del apuro.
Imagina que, mientras organizáis una actividad o dais un servicio en tu ONG, se rompe algo de otra persona o, peor, alguien sale perjudicado. Aunque no haya mala intención de por medio, si la culpa ha sido vuestra (por un despiste, por no haber vigilado bien, por un error del personal o de los voluntarios), toca hacerse responsable. Y ahí es donde entra la responsabilidad civil de explotación.
Esta responsabilidad existe porque, cuando tú (o tu organización) llevas a cabo una actividad, hay una posibilidad real de que esa actividad cause daños a personas o cosas que no tienen nada que ver con vosotros. Y la ley dice que, si eso ocurre, quien causa el daño tiene que hacerse cargo.
Por eso es importante tener un seguro con responsabilidad civil de explotación. Porque si algún día pasa algo, será la aseguradora quien pague la indemnización en lugar de que tengas que rascarte el bolsillo tú o tu organización.
¿Qué cubre este tipo de seguro?
Vale, ya sabes qué es la responsabilidad civil de explotación. Pero… ¿qué te cubre exactamente? Porque una cosa es saber que existe y otra muy distinta es entender qué situaciones están incluidas en ese tipo de seguro. Aquí van los casos más habituales:
- Daños corporales. Imagina que una persona ajena a la organización (un usuario, un visitante o alguien que simplemente pasaba por allí) sufre una caída en vuestro local o durante una actividad. Aunque no haya sido intencionado, si se demuestra que hubo una falta de prevención o de vigilancia, el seguro puede hacerse cargo de la indemnización.
- Daños materiales. Si, por ejemplo, alguien deja caer un portátil que no es vuestro, o se daña un proyector prestado, o incluso un vehículo ajeno sufre algún desperfecto mientras estáis organizando algo… este seguro puede cubrirlo.
- Daños económicos. A veces, un daño físico o material arrastra consigo una pérdida económica para otra persona. Si por vuestra actividad alguien no puede trabajar durante días, pierde ingresos o tiene que cerrar temporalmente su negocio, este tipo de seguro puede cubrir ese perjuicio también.
- Daños morales. Aunque no siempre se incluye, hay pólizas que contemplan los daños emocionales o psicológicos derivados de un accidente o percance. Es algo más delicado y complejo, pero es bueno saber que en algunos casos también se contempla.
Además de estos daños habituales, hay muchas situaciones más específicas que también suelen estar cubiertas, como:
- Actividades que hacéis dentro de vuestra sede, pero también en espacios alquilados o cedidos, como aulas, centros cívicos o incluso la calle, si organizáis algo allí.
- Los errores o fallos que puedan cometer tanto el personal contratado como los voluntarios. Porque sí, incluso cuando todo se hace con buena fe, a veces las cosas salen mal.
- El uso de materiales, maquinaria o equipos que utilicéis durante vuestra actividad (ya sean vuestros o prestados). Por ejemplo, si se estropea un equipo mientras lo usáis, o causa un daño sin querer.
- Y algo que muchas veces se olvida: el transporte de material o personas relacionado con la actividad. Si algo pasa mientras lleváis cosas a un evento o recogéis material donado, esto también puede estar cubierto.
Eso sí: cada póliza tiene sus condiciones, así que es importante revisar bien lo que incluye y lo que no. Pero, como ves, este tipo de seguro es muy completo y puede salvaros de más de un marrón.
Las diferencias entre la responsabilidad civil de explotación y la profesional
Es importante no confundirse, porque es fácil, entre la RC de explotación y la profesional.
Seguramente estés pensando… ¿Responsabilidad civil de qué? ¿Y esto en qué me afecta a mí, que solo quiero hacer actividades solidarias sin hacerle daño a nadie?
Tranquilo. Aquí te lo explicamos en plan sencillo para que veas por qué no es lo mismo una póliza de responsabilidad civil de explotación que una de tipo profesional. Y así sabrás qué seguro necesitas según lo que hace tu ONG.
RC de explotación: lo que pase por “hacer cosas”
La responsabilidad civil de explotación está pensada para cubrirte por los daños que se puedan causar mientras estás haciendo tus actividades habituales. Vamos, lo típico: una jornada en la sede, un mercadillo solidario, un evento en la calle…
Pongamos que, durante una recogida de alimentos, un voluntario deja mal apiladas unas cajas y se caen sobre un coche aparcado. Ahí entra la RC de explotación.
Si alguien se cae, algo se rompe, o surge un percance que afecta a alguien que no es de la organización (ni trabajador ni voluntario), esta es la póliza que entra en acción.
Se trata de cubrir los riesgos que conlleva el simple hecho de “estar en marcha”, de abrir las puertas, de montar cosas, de hacer actividades. Es decir: problemas derivados de la propia actividad general de la ONG o asociación.
RC profesional: lo que pase por “hacer mal tu trabajo”
La responsabilidad civil profesional, en cambio, va más allá. Cubre los daños que puedan surgir por errores cometidos en el ejercicio de una profesión, es decir, por hacer mal tu trabajo.
Por ejemplo, imagina que en tu ONG ayudáis a tramitar papeles de extranjería y, por un error en la documentación, una persona pierde un plazo clave. El daño que sufre esa persona (económico, personal, legal) puede estar cubierto por la RC profesional, no por la de explotación.
Esta es más común en profesiones técnicas o de asesoramiento: abogados, arquitectos, médicos… pero también puede aplicar a ciertas ONG que dan servicios especializados, como orientación laboral o apoyo jurídico.
¿Cómo saber si necesitas un seguro de responsabilidad civil de explotación?
Buena pregunta. La cosa es que si tienes una ONG o una asociación y haces actividades en las que pueden verse implicadas otras personas o cosas, lo necesitas.
Pero, para que quede más claro, profundicemos un poco.
Piensa en tu día a día. ¿Tenéis un local donde hacéis talleres, recogidas, formaciones o reuniones? ¿Organizáis actividades en la calle, en un centro cívico o en una sala alquilada? ¿Vais a eventos, ferias o a colegios? ¿Usáis materiales, transportáis cosas o trabajáis con voluntarios?
Si la respuesta a alguna de estas preguntas es “sí”, entonces estáis expuestos (aunque sea sin querer) a causar un daño a alguien o a algo. Y la responsabilidad de esos daños puede recaer sobre tu organización.
Por ejemplo:
- Si alguien se cae en vuestra sede porque el suelo estaba mojado y no había cartel de aviso.
- Si durante una actividad se rompe un equipo prestado por un ayuntamiento.
- Si vais a una feria solidaria y un cartel mal colocado cae sobre un visitante.
- Si un voluntario, sin querer, daña un coche mientras cargaba material en una furgoneta.
- Si durante el transporte de alimentos, algo se estropea y causa problemas a los beneficiarios.
No hace falta que pase algo grave. A veces basta con un pequeño accidente para que alguien reclame. Y si no tenéis seguro, toca pagar de vuestro bolsillo. Pero con una póliza adecuada, el seguro se hace cargo de la indemnización y, si hace falta, también de los gastos legales.
Vamos, que no se trata de ser alarmistas, pero sí realistas: si tu ONG tiene actividad, si os movéis, si os relacionáis con el mundo exterior, lo mejor es estar cubiertos.
Y no es por asustarte, es por tranquilidad. Porque cuando todo va bien, perfecto. Pero si un día algo se tuerce, mejor tener un buen seguro que te respalde.
Te ayudamos a encontrar el seguro que necesitas
Cada ONG es distinta. No es lo mismo una asociación que gestiona un comedor social que otra que hace talleres en colegios o actividades al aire libre. Y por eso, el seguro que os conviene no debería ser uno genérico, sino uno adaptado a lo que hacéis.
En Asegurados Solidarios llevamos años trabajando con organizaciones como la tuya. Sabemos lo que te preocupa, lo que necesitas cubrir y también cómo ajustar la póliza a tu presupuesto sin dejar cosas importantes fuera.
Así que, si tienes dudas sobre si tu ONG necesita un seguro de responsabilidad civil de explotación o no sabes cuál escoger, escríbenos. Te escuchamos y te ayudamos a encontrar el seguro que realmente encaje con vosotros.