¿Sientes curiosidad por los proyectos sociales? En Asegurados Solidarios nos encantan ese tipo de iniciativas, y en parte de ahí viene nuestro nombre.
Hoy te vamos a explicar de qué va esto, por qué te interesa y cómo puedes participar.
¿Qué es un “proyecto social”?
Un proyecto social es, en esencia, una idea que se pone en marcha para mejorar la vida de la gente en situaciones difíciles. ¿Qué tipo de situaciones?, pues la falta de comida, educación deficiente o la exclusión de ciertos grupos.
Este tipo de iniciativas suelen surgir de organizaciones sin ánimo de lucro, como ONGs, o grupos de vecinos, y su meta es conseguir un cambio en la sociedad.
Pero, en realidad, lo que define a un proyecto social es su enfoque en la gente. Busca resolver necesidades básicas, y siempre tiene a las personas como único fin en sí mismo.
Para que un proyecto social tenga un impacto real, suele compartir varias características clave que te ayudarán a entenderlo mejor:
- Buscan un impacto real y positivo: Quieren generar un cambio de verdad en la vida de la gente.
- La comunidad es protagonista: Fomentan que la gente a la que va dirigido el proyecto partcipe, que ellos mismos digan qué problemas tienen, cómo creen que se pueden solucionar y que se impliquen en llevarlo a cabo, para que lo sientan como propio.
- Piensan a largo plazo (sostenibilidad): No ponen un parche, al contrario: crean una solución que perdurará en el tiempo (o esa es la intención). Enseñan a pescar, no regalan peces para comer.
- Son muy diversos: Donde hay una necesidad humana, ahí puede haber un proyecto social. Por tanto, te los puedes encontrar en casi cualquier área.
- Tienen objetivos muy claros: Desde el principio, se sabe qué se quiere lograr para transformar las condiciones de vida de un grupo. Esto también lo hace muy medible.
- Se planifican en detalle: Se definen las estrategias, se ven los recursos que se necesitan (dinero, gente, materiales) y se acuerda un calendario de trabajo.
- Son flexibles: A veces surgen imprevistos, y un buen proyecto social está preparado para adaptarse y responder a los cambios de forma eficaz.
- Integrales: Tienen en cuenta lo social, lo económico y lo medioambiental, para que el impacto sea completo y aborde las raíces del problema.
- Se monitoriza su progreso: Se sigue de cerca cómo va el proyecto para ver si se están cumpliendo los objetivos y si hay algo que se pueda mejorar.
El proyecto social: bajándolo a tierra
Ahora que tienes claro qué es, veamos cómo se gestiona un proyecto social en el día a día.
Lo cierto es que se requiere de mucha organización y de horas de esfuerzo para que empiece a funcionar. Si vas a formar parte de un proyecto social, debes saber que no será fácil.
Dependiendo de en qué momento te metas, es posible que tengas que ayudar a identificar el problema, reunir recursos y definir pasos claros.
Para ti, como voluntario o miembro de una ONG, esto significa dedicación real. Tendrás que colaborar con otros y adaptarte a cambios inesperados.
No es fácil, pero trae recompensas: te da habilidades prácticas, que luego podrás aprovechar en tu día a día, y te conecta con gente que comparte tus valores.
¿Cómo implicarse en un proyecto social?
Si te pica el gusanillo, empezar es más fácil de lo que crees. Hoy en día hay muchísimas formas de colaborar, tanto a nivel local como internacional. Lo importante es dar el primer paso.
Empieza por observar tu entorno. ¿Ves alguna necesidad concreta cerca de ti sin cubrir por la que nadie hace nada? ¿Hay algún colectivo al que podrías echar una mano? Te darás cuenta de que no hace falta irse muy lejos para encontrar causas que necesiten apoyo.
También puedes buscar ONGs de tu zona o por internet, como Cooperating Volunteers, que cuenta con un gran surtido de oportunidades.
Y ya verás que encontrarás lo ideal para tu perfil. ¿Que te interesa la educación? Apúntate como apoyo escolar o en iniciativas culturales. ¿Te mueve la protección del medioambiente? Colabora en campañas de limpieza, huertos urbanos o conservación. ¿Prefieres algo más global? Hay organizaciones internacionales que aceptan voluntarios para trabajar en remoto o viajar a otros países.
Y recuerda algo importante: si vas a participar en un proyecto, sobre todo si implica viajar o tratar con personas vulnerables, contar con un seguro como voluntario es clave. No es solo por ti, sino también por la tranquilidad de la organización con la que colaboras.
Si quieres ayudar a un proyecto social, confía en nosotros para ayudarte a encontrar el seguro perfecto. Ponte en contacto con nosotros y os ayudaremos a ti y a tu organización.